Las enfermedades cardíacas en mascotas afectan principalmente al corazón y al aparato circulatorio del animal, aunque también se ven dañados el resto de sistemas del cuerpo.
Esta afección hace que la sangre no se distribuya de forma correcta y, conforme pasa el tiempo, se van viendo dañados más órganos. El animal tiene que compensar las deficiencias del sistema circulatorio, por lo que se incrementa la frecuencia cardíaca y se estrechan los vasos, con el consiguiente aumento de la presión sanguínea.
Cualquiera de nuestras mascotas puede sufrir una enfermedad cardíaca o cardiopatía, independientemente de la especie o raza (gatos, perros, roedores, aves…), aunque en este artículo nos centraremos únicamente en las caninas y felinas.
Indicios de posibles problemas de corazón en tu mascota
Las cardiopatías se pueden manifestar en nuestras mascotas con diversos síntomas. Es muy importante estar atentos al animal para poder detectarlas a tiempo y acudir a tu veterinario de Salou para poner a nuestro compañero bajo tratamiento.
Estos son algunos de los síntomas que puedes identificar en tu perro o gato:
- Tos. Si tu perro tiene una tos continua que se agudiza por la noche cuando está durmiendo, o por la mañana al incorporarse, probablemente tenga una cardiopatía. Los gatos, por norma general, no tosen pero también pueden presentar estos síntomas.
- Jadeos. En los perros, después de haber realizado una actividad física muy ligera y especialmente en gatos, ya que es muy inusual que un gato respire así (a no ser que haya tenido una actividad física muy intensa). La respiración por la boca es un intento de llevar más oxígeno a los pulmones.
- Ejercicio. Las mascotas con problemas de corazón se mueven menos y se muestran reacias a hacer ejercicio, salir a pasear o incluso a jugar. Si además se agota más rápidamente de lo normal y respira pesadamente, podríamos estar ante un síntoma claro de enfermedad cardíaca.
- Dificultad respiratoria. Los perros y gatos con problemas cardíacos a menudo respiran de forma más agitada durante el sueño. El sobreesfuerzo abdominal por respirar también podría ser un indicador de este trastorno.
- Desmayos. Si la enfermedad cardíaca está ya muy avanzada o es grave, nuestro perro o gato puede llegar a desmayarse cuando la circulación deja de mantener el suministro de sangre al cerebro. Es una situación de emergencia médica. Los gatos, además, podrían experimentar parálisis en las patas delanteras o traseras ya que se forman coágulos de sangre que bloquean la circulación hacia las extremidades.
- Falta de apetito. Muchas mascotas con enfermedades cardíacas muestran signos de poco apetito. Cuando nuestro animal traga, debe dejar de respirar, por lo que si tienen problemas cardíacos les resultará una molestia.
Enfermedades cardíacas en perros
Las cardiopatías caninas pueden ser congénitas (heredadas) o, por el contrario, pueden adquirirlas con la edad. Las enfermedades cardíacas congénitas no son muy habituales en perros pero cuando se diagnostican suelen ser graves. Lo más habitual (en torno al 95% de los casos) es detectar un problema circulatorio en perros adultos o sénior, a partir de los 8 años de edad. En este caso se suelen ver afectadas las válvulas cardíacas, que con la edad se vuelven cada vez menos flexibles a la entrada y salida del torrente sanguíneo, o el saco protector del corazón que se llena de líquido e interfiere con el mecanismo normal del latido.
El corazón va fallando conforme pasan los años, debilitándose y siendo incapaz de contraerse con la fuerza suficiente para funcionar con normalidad. Esto provoca que el cierre no sea completo, que la circulación se vea afectada y que se dilaten las cámaras cardíacas.
También podemos hablar de enfermedades de corazón en perros que no dependen de la edad, es el caso las arritmias, que se generan cuando el ritmo cardíaco es irregular, ocasionado por un problema en el sistema de control eléctrico del cuerpo. La enfermedad del parásito del corazón, cuyos portadores son los mosquitos, y la miocarditis (inflamación del corazón causada por una infección, a menudo de índole bacteriana) también son dos claros ejemplos.
Enfermedades cardíacas en gatos
Al igual que en los perros, las enfermedades de corazón en los gatos pueden ser congénitas o adquiridas con la edad, ya que el cuerpo del animal será más vulnerable conforme alcanza una edad avanzada. La principal diferencia en los síntomas es que los felinos ocultan bien las enfermedades, por lo que no muestran señales claras hasta que la enfermedad no está avanzada.
Por lo tanto, es importante estar alerta para identificar los problemas de salud en el gato e informar cuanto antes a nuestros veterinarios de clínica veterinaria de Salou.
La enfermedad más común en los felinos es la cardiomiopatía hipertrófica, en la que las paredes y ventrículos del corazón se engrosan hasta atrofiar el flujo de sangre. La hipertensión y el hipertiroidismo también pueden dar lugar a este engrosamiento, por lo que debemos estar atentos a nuestra mascota.
Consejos para cuidar a un perro o gato con problemas cardíacos
Cada mascota padece una enfermedad cardíaca diferente y el tratamiento que se le aplicará dependerá de la cardiopatía que sufra y de su estado de salud. En cada caso, nuestros veterinarios de Salou realizarán un diagnóstico focalizado a cada paciente para determinar qué es lo mejor para el animal.
En la gran mayoría de casos se le recetará una medicación de por vida y controles periódicos para estabilizar a la mascota y prevenir que la enfermedad vaya a más.
Si la enfermedad se ha agravado o hay alguna complicación, es posible que tengan que someterse a intervenciones quirúrgicas para retomar el correcto flujo sanguíneo en la estructura cardíaca.
En cualquier caso, con el debido tratamiento, una mascota con una cardiopatía puede recuperar la salud y alargar su esperanza de vida.
Ayuda a prevenir las enfermedades del corazón a tu mascota
Siempre y cuando las enfermedades no sean congénitas, se pueden llevar a cabo una serie de hábitos para ayudar a prevenir o retrasar el mayor tiempo posible las enfermedades cardíacas.
- Alimentación equilibrada. Alimenta a tu mascota con un pienso de buena calidad, rico en proteínas y bajo en grano y cereales.
- Ejercicio. Asegúrate de que tu mascota tiene un peso corporal adecuado. Puedes regularlo a través de los paseos o estimulando a tu perro o gato mediante ejercicios físicos y mentales en casa.
- Revisiones periódicas. Lleva a tu mascota al veterinario con regularidad. Así podrás prevenir enfermedades antes de que el animal comience a manifestar síntomas.