En estas fiestas, en todas las ciudades, es tradición organizar espectáculos pirotécnicos y en muchas casas es costumbre comprar y lanzar petardos.
Sin embargo muchas de nuestras mascotas sufren con los fuegos artificiales. Entre otros, algunos de los síntomas mas comunes que suelen padecer son: Temblores, aturdimiento, sensación de irrealidad y/o taquicardias. Nuestros animales tienen un oído hasta cuatro veces mas sensible que el de los humanos, por lo que un simple petardo puede constituir un tremendo estruendo para nuestras mascotas. Como consecuencia es frecuente que luego puedan manifestar miedo a salir o por el contrario, se escapen y su conducta se vuelva totalmente errática. Este problema se define como acusticofobia que es el miedo o temor ante los ruidos o situaciones con decibelios altos.
Por ejemplo, cada año en Italia mueren alrededor de 5.000 animales domésticos por efecto directo de la pirotecnia, 1.500 de estos animales son perros y gatos. Muchos de ellos entran en pánico perdiéndose en una huida sin fin que tristemente puede acabar bajo las ruedas de un coche. En España no disponemos de cifras para poder comparar con estos datos, pero existe una afición parecida o incluso mayor por la pirotecnia. Por eso, te recomendamos que protejas a tu mascota ante esta situación estresante para ella.
Una de los aspectos más importantes que debes tener en cuenta, es asegurarte que tu mascota este correctamente identificada con Microchip y registrada en la base de datos del Archivo de Identificación de Animales de Compañía (o el equivalente a este registro en tu Comunidad Autónoma) para que, en caso de pérdida, quien lo encuentre pueda a través de un centro veterinario dar con tu datos de contacto registrados en la base. La cantidad de mascotas que se pierden en estas fechas es muy elevada. Tanto la identificación, como su registro en la base de datos de animales de compañía se realiza en los centros veterinarios de todo el país.
Es muy importante que tu mascota disponga de un lugar en lo que se sienta segura en casa. Los transportines de viaje pueden ayudar, al ser habitáculos pequeños, aportando la sensación de estar escondido y a resguardo.
Nuestra actitud también es importante, ante un perro nerviosolo mejor es ignorarle y no “premiar” esta conducta con caricias y mimos que son muy gratificantes para nuestra mascota, pero lo que hacen es reforzar su exagerada respuesta al ruido. Con paciencia y sobretodo con la ayuda de un especialista en etología también podemos combatir esta fobia aplicandotécnicas de contra-condicionamiento como la desensibilización sistemática para enseñarle y habituarle a tolerar el ruido. También las feromonas de apaciguamento, que emulan las feromonas maternas caninas y/o felinas, pueden ayudar en estos casos, su utilización debe de estar supervisada por tu veterinario, que en los casos más graves también podrá considerar otros tipos de tratamientos farmacológicos para tu mascotas, como sedantes.
Nunca mediques por tu cuenta, es importante suministrar el tratamiento exacto y en la dosificación que nos indique el veterinario, no hacerlo puede resultar muy peligroso para tu mascota.
Fuente: https://veterinariostenerife.wordpress.com