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La displasia tricúspide, una enfermedad cardíaca poco frecuente en animales

La displasia de la válvula tricúspide es una enfermedad cardíaca congénita relativamente poco frecuente. Consiste en una malformación de la válvula tricúspide.

El corazón se compone de varias cámaras: el flujo de sangre de una cámara a otra, y desde el corazón hacia el resto del organismo. Está regulada por las válvulas aórtica, pulmonar, mitral y tricúspide. Estas válvulas tienen como función principal evitar que la sangre eche atrás cuando el corazón se contrae, para bombear la sangre hacia los órganos.

La válvula tricúspide se compone por las valvas (tres), las cuerdas tendinosas y los músculos papilares. Cuando existe displasia, cualquiera de estas partes puede estar alterada en su estructura. Como consecuencia, esto puede implicar que la válvula es más estrecha de lo normal, lo que se llama estenosis tricúspide. En caso de que la válvula no cierre adecuadamente, esto hará que la sangre tire atrás cuando el corazón se contrae, llamado regurgitación tricúspide.

Genética y razas

La displasia tricúspide es un defecto poco frecuente que representa aproximadamente el 7% de las malformaciones congénitas que encontramos en nuestros pacientes caninos. Generalmente afecta a perros con pedigrí de razas grandes: Labrador Retriever, Pastor Irlandés, Gran Danés, Pastor Alemán, Sheepdog inglés/Bobtail, Boxers, Golden Retriever y Setter irlandés.

Patofisiología

Cuando la válvula tricúspide no cierra bien, la sangre echa atrás cuando el corazón se contrae. Esto implica que vaya aumentando la presión poco a poco, ya que la sangre que echa atrás se acumula con la sangre que llega al corazón desde las venas. Con el paso del tiempo, esto causa una sobrecarga de volumen, que puede terminar provocando un aumento marcado de las dimensiones del corazón.

Si la válvula tricúspide es demasiado estrecha, dificulta mucho el paso de la sangre. Ahora, la sangre se acumula porque le cuesta avanzar, como un cuello de botella a la salida de un concierto.

En cualquiera de ambos casos, las consecuencias son muy similares: la acumulación de presión y la sobrecarga de volumen consecuente puede hacer que la presión venosa aumente, hasta el punto de causar insuficiencia congestiva derecha.

Se llama insuficiencia cardíaca congestiva cuando las presiones a nivel de las venas aumenta por encima de un umbral específico, en el que el corazón ya no es capaz de compensar la situación: la subida de presión hace que haya un derrame de fluido de los vasos afectados hacia el tejido que les rodea. Cuando hablamos de insuficiencia cardíaca derecha, puede traducirse en la acumulación de fluido en la cavidad abdominal y en las extremidades.

Diagnóstico

Los perros y gatos con displasia tricúspide pueden ser asintomáticos y presentar sólo un soplo cardíaco en la consulta. En otros casos, pueden llegar a síntomas graves asociados a la presencia de insuficiencia cardíaca congestiva.

La confirmación del diagnóstico de forma definitiva se da con la ecocardiografía, que puede apoyarse en otras pruebas complementarias, como la radiografía torácica y el electrocardiograma.

Tratamiento

El tratamiento de la displasia tricúspide es hoy médico, ya que las técnicas quirúrgicas que se están intentando desarrollar no tienen una tasa de éxito suficientemente buena. El éxito del tratamiento médico será fuertemente dependiendo de la severidad de la enfermedad.

Como con todas las enfermedades cardíacas, la detección precoz y un proceso diagnóstico adecuado son imprescindibles para el correcto manejo de la patología, y para poder emitir un pronóstico lo más esmerado posible.